Hay tres cosas que manifiestan y distinguen la vida
del cristiano: la acción, la manera de hablar y el pensamiento.
Toda obra, pensamiento o palabra que vayan mezclados con alguna
perturbación no están, de ningún modo, de acuerdo con
Cristo.
Todo aquello que está limpio y libre
de toda turbia afección tiene por objeto al autor y príncipe de la tranquilidad, que es Cristo.
San Gregorio de Niza
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