viernes, 26 de noviembre de 2010

domingo, 21 de noviembre de 2010

ME ROBASTE EL CORAZON

Me robaste el corazón,
me robaste el corazón,
hermana mía, esposa,
me robaste el corazón.

¡ Que hermosos, tus amores,
que hermosos, tus amores ¡
¡ La fragacia de tus perfumes, esposa mía,
más que todos los bálsamos de amor ¡

Miel destilan tus labios,
esposa mía, hermana.
Miel y leche debajo de tu lengua.
La fragancia de tus vestidos
es la fragancia del Líbano, esposa,
esposa mía,
mas sabrosos tus amores son que el vino.

Huerto eres cerrado, hermana mía,
fuente sellada esposa mía.
Tus frutos un paraiso de granados,
de nardos y azafrán, de mirra y áloe.

¡ Levántate cierzo, ábrego, y ven ¡
¡ Sopla en mi huerto
para que exhale sus aromas ¡
Y pueda entrar mi amado en su huerto
y coma de sus frutos exquisitos.

Ya he entrado en mi huerto
hermana mía, esposa;
he comido mi miel en su panal,
he bebido mi vino con su leche

¡Amigos, venid, bebed,
oh queridos y embriagaos ¡


Cantar de los cantares 4, 9 - 16


viernes, 12 de noviembre de 2010

EL CANTO DEL PAJARO




En su búsqueda de Dios, el hombre piensa demasiado, reflexiona demasiado, habla demasiado. Incluso cuando contempla la creación, está todo el tiempo pensando, hablando (consigo mismo o con los demás), reflexionando, analizando, filosofando. Palabras, palabras, palabras.... Ruido, ruido, ruido....
Guarda silencio y mira. Sencillamente, mira: una estrella, una flor, una hoja marchita, un pájaro, una piedra.... Mira. Escucha. Huele. Toca. Saborea.

El discípulo se quejaba constantemente
a su maestro Zen: "No haces más que ocultarme
el secreto último del Zen". Y se resistía
a creer las consiguientes negativas del Maestro.

Un día, el Maestro se lo llevó a pasear
con él por el monte. Mientras paseaban,
oyeron cantar a un pájaro.

"¿Has oido el canto de ese pájaro?
le preguntó el maestro.

"Si", respondió el discípulo.

"Bien; ahora ya sabes que no te he estado
ocultando nada".

"Si", asintió el discípulo.

¿Alguna vez tu corazón se ha llenado de muda admiración cuando has oído el canto de un pájaro?



lunes, 8 de noviembre de 2010

BENEDICTO XVI


La verdadera religión consiste en el amor a Dios y al prójimo.
Esto es lo que da valor al culto y a la práctica de los preceptos.